Es un clásico que se combina con terremoto, lo que la hace deliciosa.
El lugar es como un museo, con aportes de todo el mundo, lo que lo hace muy interesante.
La atención fue muy buena, lo que hace que te sientas cómodo y atendido.
Sí, hay una gatita del local que te acompaña todo el tiempo, lo que te hace sentir como en casa.
Sí, vale la pena visitarlo, ya que es un lugar icónico que te deja con un buen sabor de boca.